En México, la parálisis cerebral afecta a 3 de cada 1000 niños, de acuerdo con estadísticas de la Universidad Nacional Autónoma de México. Este padecimiento consiste en un grupo de trastornos permanentes del movimiento que aparecen en la primera infancia.
Los signos y síntomas varían entre las personas y con el tiempo. A menudo, los síntomas incluyen mala coordinación, rigidez de los músculos, músculos débiles y temblores. Puede haber problemas sensitivos, con la visión, la audición, la deglución y el habla. Otros síntomas incluyen convulsiones y problemas con el pensamiento o el razonamiento.
La parálisis cerebral es causada por un desarrollo anormal o daño a las partes del cerebro que controlan el movimiento, el equilibrio y la postura. La mayoría de las veces, los problemas ocurren durante el embarazo; sin embargo, también pueden ocurrir durante el parto o poco después del nacimiento. El diagnóstico se basa en el desarrollo del niño a lo largo del tiempo.
A la fecha, este tipo de padecimiento no tiene cura y representa una carga, tanto para los pacientes como para sus familiares cercanos, pues los pacientes requieren de cuidados especiales a lo largo de su desarrollo y de su vida. Sin embargo, es posible mejorar la calidad de vida de estos pacientes a través de las terapias celulares y desarrollo-cognitivas.
En casos de parálisis infantil de origen no genético (98% de los casos), las células madre pueden diferenciarse en células del sistema nervioso central, tanto sensitivas, como motoras y neuronas cerebrales; permitiendo mejorar las habilidades motrices y cognitivas, especialmente en pacientes pediátricos con diagnósticos tempranos.
Si bien, la postura irregular y algunos de los problemas cognitivos persistirán a lo largo de la vida del paciente, los pacientes tratados con células madre presentan una notable mejoría en su calidad de vida y una importante disminución de la sintomatología, permitiéndoles mayor libertad de movimiento y de desarrollo cognitivo; apoyando al desarrollo y desenvolvimiento social.
El protocolo sugerido es la aplicación intravenosa del Biounity Drip® de 25 millones con un refuerzo cada 6-12 meses, en pacientes con peso mejor a 25 kg. En pacientes de más de 25 kg, se recomienda la aplicación intravenosa del Biounity Drip® de 50 millones.
El paciente deberá ser reforzado cada 6-12 meses, dependiendo de su progreso, Biounity Drip® de 25-50 millones; para evitar la reaparición o el agravamiento de la sintomatología, principalmente cognitiva.
El paciente deberá continuar otros tratamientos conjuntos de manera normal ya que las células troncales mesenquimales no son sustitutos de estos tratamientos.
Si alguno de tus familiares padece de esta enfermedad, la terapia celular podría ser una alternativa para mejorar su calidad de vida y la de tu familia. Te invitamos a contactarnos a través de nuestro WhatsApp y redes sociales, donde uno de nuestros especialistas podrá atenderte y generar un protocolo personalizado.
Referencias: