El lupus eritematoso sistémico (LES), conocido comúnmente como lupus, es una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunológico del cuerpo ataca erróneamente el tejido sano en varias partes del organismo. Este trastorno puede presentar una gama de síntomas, desde dolor e inflamación en las articulaciones hasta fatiga, pérdida de cabello, erupciones cutáneas y problemas en órganos como los riñones y el corazón. Si bien aún no se comprende completamente, se cree que el lupus es el resultado de una interacción compleja entre factores genéticos, hormonales y ambientales que desencadenan una respuesta inmunitaria anormal.
En el tratamiento del lupus, las células troncales mesenquimales han surgido como una opción prometedora. Estas células, capaces de autorrenovarse y diferenciarse en diversos tipos celulares, tienen la capacidad única de modular la respuesta inmunitaria y reducir la inflamación en el cuerpo. A través de la liberación de pequeñas vesículas llamadas exosomas, las células troncales mesenquimales pueden enviar señales para regular la actividad del sistema inmunológico y promover la tolerancia inmunológica.
La aplicación de células troncales mesenquimales para el lupus generalmente se realiza en un entorno ambulatorio, como un consultorio médico o una clínica. Durante el procedimiento, las células se administran por vía intravenosa, lo que permite una distribución rápida y efectiva en todo el cuerpo. La duración del procedimiento suele ser de aproximadamente media hora a una hora, y los pacientes pueden regresar a sus actividades normales después del tratamiento.
El protocolo de tratamiento recomendado implica la administración inicial de una dosis específica de células troncales mesenquimales, normalmente entre 1 y 2 millones por kilogramo de peso, seguida de refuerzos adicionales según sea necesario para controlar los síntomas y promover la remisión de la enfermedad. Además del tratamiento con células troncales, los pacientes con lupus suelen continuar con otras terapias, como medicamentos inmunosupresores y antiinflamatorios, para ayudar a controlar los síntomas y prevenir complicaciones.
Referencias: