La osteoartritis, también conocida como artrosis, es una enfermedad articular caracterizada por el deterioro del cartílago y el hueso subyacente en las articulaciones. 

Los síntomas más frecuentes incluyen dolor y rigidez en las articulaciones, que tienden a progresar gradualmente con el tiempo. Las áreas más afectadas suelen ser las articulaciones de los dedos, las rodillas, las caderas, el cuello y la espalda baja. 

Las causas de la osteoartritis pueden incluir lesiones previas en las articulaciones, anomalías en el desarrollo de las articulaciones, factores hereditarios y ciertos factores de riesgo como el sobrepeso o trabajos que implican un estrés repetido en las articulaciones. Se cree que el estrés mecánico y procesos inflamatorios leves contribuyen al desarrollo de la enfermedad al afectar el cartílago y el hueso. 

Las células madre tienen la capacidad de modular la respuesta inflamatoria del cuerpo y promover la regeneración del tejido, lo que puede ayudar a mejorar los síntomas y frenar la progresión de la osteoartritis. Este tratamiento se puede realizar de forma ambulatoria, ya sea en un consultorio médico o en casa, y generalmente implica la administración de células madre por vía intravenosa o intraarticular. 

El protocolo sugerido para el tratamiento de la osteoartritis con células madre mesenquimales incluye la administración de dosis específicas tanto intraarticular como intravenosa que van de 5 a 25 millones de células troncales mesenquimales, seguido de refuerzos periódicos para mantener los beneficios del tratamiento. Es importante destacar que las células madre no reemplazan el tratamiento convencional, sino que se utilizan como complemento para mejorar los resultados. 

Referencias: