La enfermedad de Alzheimer, también conocida simplemente como Alzheimer, es un trastorno neurodegenerativo crónico que suele iniciar lentamente y progresar con el tiempo. Uno de los signos iniciales más comunes es la dificultad para recordar hechos recientes. Con el avance de la enfermedad, pueden surgir dificultades en el lenguaje, desorientación, cambios en el estado de ánimo, pérdida de interés, descuido personal y problemas de comportamiento. Con el tiempo, las funciones corporales se ven afectadas, culminando en un desenlace fatal
Aunque se sabe que tiene un componente genético, sus causas exactas aún no están completamente comprendidas. Entre los factores de riesgo se incluyen antecedentes de lesiones en la cabeza, historial de depresión e hipertensión. El proceso patológico está asociado con la formación de placas y ovillos neurofibrilares en el cerebro. Hasta el momento, no existen medicamentos o suplementos que hayan demostrado disminuir significativamente el riesgo de padecer la enfermedad.
Las células troncales mesenquimales tienen el potencial de apoyar los mecanismos naturales de regeneración del cuerpo, incluida la regeneración del tejido neuronal. Esto se logra a través de las proteínas liberadas por los exosomas de estas células, que tienen la capacidad de estimular la regeneración de las neuronas dañadas y la producción de nuevas neuronas. Este proceso puede ayudar a ralentizar la progresión del Alzheimer y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
El tratamiento con células troncales mesenquimales para pacientes con Alzheimer se puede llevar a cabo de manera ambulatoria, sin necesidad de hospitalización. Este procedimiento se realiza en consultorios médicos, clínicas especializadas o incluso en el hogar, siempre y cuando se sigan las precauciones adecuadas. El proceso completo suele durar entre 30 minutos y una hora.
El protocolo sugerido implica la administración intravenosa de al menos 2 millones por kilogramo de peso, seguida de refuerzos cada 3 a 6 meses, con una dosis de 1-2 millones por kilogramo de peso. Es importante destacar que este tratamiento no reemplaza las terapias estándar para el Alzheimer, sino que se utiliza como una medida complementaria para ayudar a modular la progresión de la enfermedad y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Referencias: